Calle San Francisco, per secula seculorum

Las calles suelen cambiar de nombre a lo largo de su vida, casi siempre por avatares políticos, pero alguna, por extrañas razones, se mantienen firmes en su nombre sin cambiar. Ese es el caso de la calle de San Francisco, chiquita pero matona.

Calle-San-Francisco-1990-2013

Cuando nació, hace un número largo de siglos, formándose la ciudad, tomó el nombre de San Francisco por formarse junto al convento de igual nombre que allí había y que luego desapareció. Y pese a que hubo algún escarceo con otros nombres, como “Joaquín Costa” o calle “de los carpinteros” por los talleres que allí había, el pueblo soberano siguió llamándola Calle de San Francisco, y así hasta hoy, por los siglos de los siglos.

Lo dicho, es chiquita, une la plaza de San Ginés de la Jara con la calle de Campos (la calle del Campo) y no hay ninguna otra calle que desemboque en ella… casi.

Casi porque no hay calles afluentes pero sí un callejón, y no un callejón cualquiera, sino el de Zorrilla, lugar donde nació, nada más y nada menos que nuestro paisano, padre del submarino, D. Isaac Peral y Caballero.

Por cierto, que el callejón no debe su nombre al genial autor de D. Juan Tenorio, sino a un religioso llamado Fray Manuel Zorrilla.

 

El cambio habido en ella en los 23 años que han transcurrido entre las dos fotos que le hice no ha sido muy positivo. A ver si tiene mejor suerte en los venideros.

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